La internet de la web da paso a la internet de las cosas y así, sin darnos cuenta y por sorpresa, llega la internet del valor.

La tecnología se ha convertido en un recurso transversal en el mundo de la empresa, en el sector asegurador, y ello está motivando la irrupción de ambiciosos retos e iniciativas en el ámbito de la innovación.

La gestión de la información, tanto en volúmenes a gran escala (Big Data), como en pequeña escala (Small Data), unida a las prácticas de inteligencia de negocio (Business Intelligence) están sobre la mesa en las estrategias de las empresas para alcanzar masivamente al consumidor en todos los ámbitos. El hábitat cada vez más diverso y extendido en torno a las comunidades virtuales, unido a la gran penetración de los dispositivos móviles en la sociedad, hacen que el círculo de internet, redes sociales, dispositivos móviles, datos y consumidores se cierre en torno a una tormenta perfecta originando un nuevo paradigma de modelo de mercado.

Embridar tecnología y personas a través del uso de utensilios de nuestro entorno cotidiano nos acerca al concepto “internet de las cosas” IoT, y así el mundo de los sensores está penetrando a través de teléfonos móviles, vehículos, prendas de vestir, domótica, mascotas, … invadiendo nuestra privacidad e intimidad a cambio de beneficios como más seguridad en nuestra vivienda, prevención en la salud, un control en mis hábitos como conductor, o que Boby no se vaya a una Can Party sin permiso, por ejemplo. Y todo esto al mundo del seguro le interesa y le brinda la posibilidad de mostrarse más sexy.

El fenómeno Insurtech ha irrumpido en la realidad de la industria del seguro proponiendo un cóctel de seguros y tecnología que aporte letra, música y ritmo a esta celebración del “bienvenidos al futuro del seguro” en la que todos deseamos bailar pegados al nuevo consumidor. Aún no está claro cuál es la proporción ideal de seguros y de tecnología que ha de llevar este cóctel y menos cuánto de premium han de ser los componentes.

Aseguradoras apostando por startups que aporten innovación tecnológica como parte dominante del cóctel, o, por qué no, aseguradoras que aporten una visión innovadora del seguro que se apoye en tecnológicas en las que llevar corbata aún no sea un pecado mortal. En este binomio, ¿puede ser la aseguradora la startup? ¿Será muy disruptivo pensar eso?

En noviembre de 2008  alguien,  que aún hoy no está claro si se trata de una o varias personas,  Satoshi Nakamoto , colgó en internet un documento de no muchas páginas que entre cosas profetizaba que  “A purely peer-to-peer version of electronic cash would allow online payments to be sent directly from one party to another without going through a financial institution.” [– Una aplicación peer-to-peer del pago electrónico permitiría que los pagos en línea se envíen directamente de una parte a otra sin pasar por una institución financiera –] y “dejaba ahí” las claves para organizar la información en cadenas de bloques con la intención de poner en jaque el orden financiero mundial a través de una moneda virtual. Hoy, más de una década después blockchain nos trae a todos de cabeza para ver cuan disruptivos e innovadores somos. En el horizonte tecnológico hay una inscripción en la que reza “Blockchain” de la que cuelgan unas etiquetas que hablan de identidad digital, seguridad, consenso,  inmutabilidad, transparencia, … ; y hay que ver como nos subimos a un tren, barco, avión o carreta que nos lleve allí.

La internet de la web da paso a la internet de las cosas y así, sin darnos cuenta y por sorpresa, llega la internet del valor en la que los algorítmos matemáticos y la criptografía amenazan con arrebatarle el trono del poder regulador a estados e instituciones financieras ; un libreto que titulado “La democratización de internet” firman los que han escrito los algoritmos.

Pero la realidad es que por mucho que Stanley Kubrick se esforzó en imaginar en 1968 un 2001con Hal haciendo de las suyas, ya vamos por 2018 y no hay nada que supere a un buen plato de Joselito acompañado por una copa de Vega Sicilia. ¿O no?

Higinio Iglesias
CEO de ebroker

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